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PRESENTACIÓN

La felicidad reside en la convicción de que estar vivo significa ser testigo

de una época, y, por tanto, en sentirse responsable, vital y

apasionadamente responsable, del destino colectivo del planeta.

 

Paul B. Preciado [i]

Una de las características que definen al arte del teatro es el acontecimiento de estar juntos. Desde su origen, el evento teatral tomó forma como un acto colectivo, un acontecimiento que representaba problemáticas comunes y volvía, a la participación de ese evento, en un acto de participación en la vida de la polis —ciudad—.

 

La organización al interior de la producción de esos acontecimientos comunitarios ha ido cambiando a lo largo de las épocas; desde la ciudadanía participativa del teatro clásico, hasta la estructuración jerárquica de compañías durante varios siglos, y más recientemente, la conformación de grupos que fueron adoptando prácticas transversales en su configuración para ser en colectivo.

 

En nuestro país, la llegada del nuevo milenio implicó una serie de transformaciones relevantes para la escena teatral. El cambio de paradigma hacia una escena performativa generó a su vez, formas distintas de relación entre los creadores. Al interior de la conformación de esas nuevas propuestas, los participantes fueron reforzando su singularidad creativa, implicando su presencia en una nueva negociación para ser/ estar juntxs. 

 

Estas nuevas formas de creación han ido exigiendo nuevas formas de convivencia hacia el interior de los grupos y han generado nuevas formas de gestión, producción, exhibición y, muy lentamente, han iniciado un desplazamiento en la inercia del pensamiento académico hacia nuevas teorizaciones del evento teatral.

 

Ninguna colectividad existe por sí misma, en este recorrido, realizado en el marco del 28º Festival Internacional de Teatro Universitario, intentaremos mostrar algunos de los componentes que han contribuido interna o externamente, para que la escena teatral mexicana posea las características con las que hoy atraviesa los tiempos de pandemia. ¡Ven, Seremos! La potencia de ser en colectivo, es una provocación/invitación para sostener el aliento colectivo, para habitar la falla desde la potencia poética, y seguir creando imaginarios comunes.

Salas

[i] Un apartamento en Urano. Crónicas del cruce. Anagrama, Barcelona, 2019. 

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